martes, 14 de enero de 2014

Figallo Comunicaciones, 5 años después.

 

Desde hace tiempo que he querido escribir; Lo intenté en septiembre cuando la agencia cumplió 5 años, después el 31 de diciembre y simplemente las palabras no fluían.  Tenía borradores que cuando volvía a leer los párrafos no me gustaban y decía: "aún no sé qué escribir".


Han pasado un poco más de 5 años desde que di el primer paso firme. 
Cuando fundé Figallo Comunicaciones no tenía ni la más mínima idea de todo lo que me esperaba; grandes anécdotas, experiencias, errores, alegrías, frustraciones, pero sobre todo, los sentimientos que he experimentado a lo largo de estos 5 años.
Al recordar y hacer un repaso de los clientes con los que empezamos y los actuales, llegué a la conclusión de que hemos tenido de todo. Desde un brujo que tenía un pequeño local que empezó a ofrecer sus servicios online a través de su página obteniendo buenos resultados, hasta clientes corporativos que nos han brindado la confianza para desarrollar la imagen de sus marcas. 
Independientemente del tamaño del cliente, cada uno de ellos nos deja un gran aprendizaje. Siempre he pensado que el mejor cliente no es el que más paga, sino del que más aprendes.
Siento que la comunicación debe ser  tratada con los dueños de las empresas, ya que me parece importante que las decisiones de creatividades sean tomadas por una sola persona con el propósito de no caer en la pirámide de un organigrama, donde los cambios jamás tienen fin y siempre se pierde  el concepto. Una idea "manoseada" pierde el rumbo de la estrategia.
Mucha gente me ha dicho que si una empresa sobrevive los primeros 5 años, ya la hizo, pero  tengo mis dudas. Para mí, apenas empieza a tomar forma la agencia y a partir de hoy espero poder sobrevivir 5 años más. Con el compromiso de mi equipo estoy seguro que serán 5, 10, 50, 100, esperando que en un futuro tengamos la misma filosofía de hoy, generar buenas ideas de negocio para fortalecer la imagen de nuestros clientes.
El año 4, que pintaba para ser el mejor, no lo fue, honestamente la sufrimos. Se fueron cuentas importantes, tomé malas decisiones administrativas, de gestión y creativas. En ciertos proyectos toqué fondo, pero siempre con el valor de dar la cara, reconocer la falla y solucionarlo en el momento, porque gracias a los errores uno aprende y el verdadero error sería volverla a cagar, aunque no será así. Uno debe aprender de sus propios errores, así como los ajenos.


Todo el tiempo pienso en la agencia, durante el día, la noche, en el tráfico, en el cine, en la regadera, en mi cama, en el antro, en las bodas, con mis amigos, en Navidad; como, respiro, sueño con la gestión de la empresa, que si ya se hizo esto, que hay que mandar la cotización, que no me ha marcado el proveedor, que el moroso sigue haciendo de las suyas, que si hay que meter más talento, que el foco ya se debe cambiar, que ya viene quincena, etc. etc.... sé que es parte de mi vida y aunque muchas veces me "forevereo" y frustro, no me desanimo y disfruto cada momento lo que se vive en FC.


Gracias a mi familia, amigos, clientes, proveedores, enemigos, a mi adorado equipo que tanto quiero y las personas que con sus consejos me han ayudado a construir mi visión y fortalecer al amor de mi vida, la agencia.